D'accord, et c'est comme ça, que je commence:

Para no acudir una vez más a su pensamiento, comienza a marear la agenda del móvil. -"Voy a llamar a alguien, así me distraeré y no pensaré en lo que no debo"- se dice. Pero su siguiente pensameitno es la economía, -"¡No puedo gastar, que estamos en crisis!"-, de modo que opta por dar toques con la mala suerte de que salne buzones de voz y la chica acaba con sentimiento de culpa por gastar dinero, con melancolía por sentir a sus amigos lejos y... uan vez más, de nuevo, reencontrandose con las asperezas de un recuerdo mal formado que a menudo mezcla con la fantasía.
La pantalla del móvil, tras reflejar todo el directorio, de pronto se para en un nombre: Bernardo.
Le duele ver su nombre, más aun no poder llamarlo.
"Ahora mismo estará pasándoselo en grande ahí en Lisboa" piensa ella con un sentimiento amargo que también provoca la envidia, y a su testa acuden de nuevo als mismas preguntas de siempre.
Llega el tren.-"Al fin"- suspira. El frío y la humedad de aquella estación por este día han acabado.
A varios kilómetros de ahí...
Suena el móvil. Lo coge con un gesto de extrañeza y pregunta -"¿Si?"-, nadie contesta. Se oye un ruido de fondo, como si el altavoz estuviese trapado, -"parece un tren"- adivina Bernardo.
Él habla, luego escucha un poco más hasta que al fin distingue dos voces saludándose. Es Laura la que habla desde más cerca, su voz se oye más nítida. Hace casi un año que no escucha su voz. Oirla de nuevo le produce un shock. Bernardo escucha y escucha con atención y curiosidad sin pensar en que tal vez ella no se ha enterado de que tiene el móvil libremente llamando al último nombre que vieo en su agneda de contactos, olvidándose de que está en el extranjero y de que a su exnovia esa involuntaria llamada puede salirle por un ojo de la cara.
de pronto reacciona cuando escuaha decir a la acompañante de Laura -"Ya hemos llegado-", y Bernardo cierra la llamada.
Fuera llueve, como de costumbre, aunque las noches tienen más prisa por matar el día, el horizonte está sin estrellas porque también a ellas las ha debido empapar la lluvia. Laura llama por teléfono a su padre para que vaya a buscarla con el coche a la estación. Entonces saca el móvil de su bolso y su corazón da un vuelco, ve el nombre: Bernardo. Otro vuelco cuando ve la duración de la llamada: 47'02 minutos, y finalmente piensa -"¡Me van a matar en casa!"-. El materialismo había hecho mella en ella en todo ese tiempo.
5 commentaires:
pongo la mano en el fuego k esta historia está basada en hechos reales!!jaja
ahora sigo yo apenas pueda (ahora estoy en clase de Informática)
os echo de menooosss
bueno mirta te dejo continuar a ti?espero tu continuaciòn allora, mejor asì creo, porque estoy en la fase creativa-surréal...^^y creo que ahora es ancora presto por mi...
eh?? no no no que va! son personajes de ficción, cualquier semejanza con la realidad es pura casualidad
XD
Hola mery, estás ahi?
mery!tu sai mettere foto sul blog!!cm si fa???
Enregistrer un commentaire